El presidente de la Organización Mundial de Trabajadores-WOW, Wayne Prins, señaló en la 112° sesión de la Conferencia Internacional del Trabajo OIT que: “el desarrollo humano puede adoptar muchas formas, pero una de las características distintivas de una sociedad próspera es la capacidad, la voluntad y la necesidad imperiosa de cuidar de los más vulnerables. 

Desde el cuidado de los niños hasta el cuidado de los ancianos, desde los servicios de apoyo hasta la educación y la atención sanitaria, los trabajadores de la atención son esenciales para satisfacer las necesidades físicas y psicológicas de las personas de todas las edades. Dependemos de ellos para sostener el desarrollo humano, social y económico en todos los niveles”.

El discurso de Wayne fue seguido con suma atención, sobre todo cuando sostuvo que: “la publicación de la OIT Trabajo decente y la economía del cuidado señala que “la economía del cuidado genera 381 millones de empleos en todo el mundo, alrededor del 11,5 por ciento del empleo total”. En el ámbito de la atención sanitaria, el 70 por ciento del trabajo de cuidados remunerado lo realizan mujeres.

Sin embargo, con demasiada frecuencia, los trabajadores sociales (aquellos que dedican su vida y su carrera a cuidar de los demás) son vulnerables: están mal pagados, sobrecargados y desbordados”.

A continuación el presidente de la WOW explicó que: “con demasiada frecuencia no tienen suficientes manos ni recursos. Con demasiada frecuencia son víctimas de violencia en el lugar de trabajo. Con demasiada frecuencia no pueden proveer lo suficiente para sí mismos o para sus familias. Con demasiada frecuencia no reciben la gratitud que merecen por cuidar de nosotros, nuestros hijos o nuestros padres. Como presidente de la Organización Mundial de los Trabajadores, les digo que debemos hacerlo mejor. Podemos hacerlo mejor”.

Más adelante, Wayne dijo: “la situación de quienes trabajan en la economía del cuidado se agrava por el problema de la escasez sistémica de mano de obra. Esta creciente preocupación mundial afecta a casi todas las economías desarrolladas y está generando profundos desafíos para los trabajadores y los empleadores en todos los sectores económicos, pero los trabajadores de la economía del cuidado los sienten con mayor intensidad, como ha puesto trágicamente de manifiesto con la pandemia de COVID-19”. Y, seguidamente, puntualizó que: “los principales factores que contribuyen a la escasez sistémica de mano de obra son el envejecimiento de la población, la creación de más puestos de trabajo mediante el crecimiento económico, la tasa de natalidad interna insuficiente en los países industrializados para cubrir nuevos puestos y reemplazar a los trabajadores que se jubilan, y la devaluación del trabajo de cuidados. Las soluciones incluyen la inmigración para atraer nuevos trabajadores, la optimización de la fuerza laboral disponible mediante una mayor participación y una mayor productividad, el aprovechamiento de la tecnología para ayudar con el trabajo humano y la capacitación de nuevos trabajadores para que se incorporen a la fuerza laboral”.

Del mismo modo expresó que WOW y sus afiliados representan a unos 1,3 millones de trabajadores en todo el mundo, cientos de miles de los cuales trabajan en la economía del cuidado, principalmente en África, Asia y las Américas. Las realidades que enfrentan los trabajadores del cuidado en todo el mundo no son todas iguales, y las soluciones también deberán ser diferentes. Por eso es tan importante su sabiduría como representantes de los trabajadores. Como líderes en el campo laboral, estamos en una posición única para ofrecer soluciones para mejorar las vidas de quienes trabajan en la economía del cuidado en todo el mundo. Trabajando juntos, podemos usar nuestra voz colectiva para defender políticas y prácticas que faciliten que las mujeres tengan sus propias familias y carreras profesionales gratificantes.

El llamado del presidente de la WOW causó expectativa, más aún cuando manifestó: “podemos alentar a los gobiernos a que proporcionen recursos adecuados a los cuidadores de primera línea, quienes a menudo soportan la peor parte de la escasez de trabajadores y son los que reciben el salario más bajo.

Podemos fomentar la participación de más hombres en la economía del cuidado, tanto en el cuidado remunerado como en el no remunerado. Podemos facilitar la capacitación y educación de los trabajadores de atención para garantizar que estén equipados con las habilidades demandadas. Podemos insistir en que los trabajadores asistenciales tengan un lugar en la mesa cuando los gobiernos abordan cuestiones que los afectan. Podemos abogar por políticas laborales que permitan una mejor representación y un acceso más fácil a la negociación colectiva. Podemos aumentar la conciencia pública y el apoyo a las contribuciones indispensables que hacen los trabajadores de atención al bienestar de todos.

Wayne fue muy explícito y en ese sentido aclaró: “no vengo a ustedes con desesperación, sino para compartir esperanza y alentarlos a todos en el trabajo que deben hacer para mejorar las vidas de quienes trabajan en la economía del cuidado. Tenemos el privilegio, la oportunidad y la responsabilidad de hablar sobre sus desafíos y brindar soluciones. Independientemente de nuestras diferencias, tenemos mucho que nos une, y lo más importante es nuestro enfoque continuo en la dignidad de cada trabajador y la búsqueda de trabajo decente para todos.

Esta es nuestra noble vocación y nuestro propósito, y es esta búsqueda la que nos motiva en nuestros esfuerzos por ayudar no solo a los trabajadores sanitarios, sino a los trabajadores de todo el mundo, a realizar un trabajo seguro y significativo y a proveer para sí mismos y sus familias.