Los sistemas de protección social han tenido un rol clave para mitigar los impactos sanitarios, económicos y sociales sin precedentes de la pandemia del COVID-19. La rápida reacción y la puesta en marcha de un número inédito de medidas de protección social no contributivas de emergencia para garantizar un nivel de consumo y bienestar en los hogares más vulnerables de la región así lo demuestra. Se contabilizan 506 medidas anunciadas entre marzo de 2020 y agosto de 2022 por 33 países en la región. La expansión o implementación de medidas, preexistentes y nuevas, ha permitido alcanzar coberturas totales bastante elevadas de la población que, por la búsqueda activa de potenciales destinatarios, incorpora a poblaciones invisibilizadas previamente por los registros de información social (trabajadores informales, personas migrantes y jóvenes, entre otros).

La trayectoria de estas medidas ha sido diversa y mientras algunas se han acercado a un ingreso básico de emergencia, en otros casos, se ha tratado de medidas puntuales y de corta duración. Cabe destacar que algunas de estas medidas permanecen vigentes a la fecha pese a la mejora de los indicadores epidemiológicos de la pandemia y estarían siendo crecientemente consideradas como parte de las matrices de protección social de los países y frente a las respuestas ante el incremento en el precio de los alimentos y la inflación al alza.

La adopción rápida y eficaz de las transferencias monetarias y en especie, así como el aumento de los montos y la cobertura de transferencias existentes, tuvieron un rol clave en mitigar los aumentos en la pobreza. Asimismo, han contribuido a la discusión sobre la posibilidad de desplegar garantías de ingresos como política permanente de los sistemas universales de protección social, destacándose también el debate sobre un ingreso básico universal. Si bien la propuesta proviene de décadas anteriores, el contexto de la pandemia por COVID-19 renueva su discusión ante la necesidad de contar con instrumentos que contengan los impactos de crisis y aseguren de forma permanente los ingresos y bienestar de las personas independiente de su situación socioeconómica y de su etapa en el ciclo de vida. Este debate coexiste con otras opciones que pueden también ser implementadas para proteger niveles de ingresos de manera coyuntural (frente a crisis) o estable. En su conjunto, estas opciones implican un cambio radical de los regímenes de bienestar predominantes en la región para que avancen desde mecanismos focalizados hacia la universalidad y la suficiencia, con la preocupación de la sostenibilidad financiera de la protección social presente. Asimismo, implican también enfrentar los desafíos estructurales – de desigualdad, vulnerabilidad e informalidad – y emergentes – asociados, entre otros, a las grandes transformaciones tecnológicas, del mercado laboral y demográficas y a la crisis climática.

Si bien las crisis generadas por la pandemia por COVID-19 develó las debilidades estructurales que enfrentan los sistemas de protección social y sus desafíos en términos de funcionamiento y cobertura, también abrió oportunidades para repensar los sistemas de protección social y considerar instrumentos de protección de los ingresos. Ello es especialmente importante en un momento en que se superponen crisis, incluyendo un escenario global inestable y el incremento en el precio de los alimentos, y es fundamental contar con instrumentos preestablecidos para hacer frente a emergencias, crisis y desastres. Es urgente, por tanto, consolidar sistemas de protección social universales, integrales, sostenibles y resilientes, desde un enfoque de derechos, de género y de ciclo de vida. Estos sistemas de protección social deben consolidarse de tal forma que permitan no solo erradicar la pobreza, sino también reducir decididamente las desigualdades y garantizar el ejercicio de derechos sociales de las personas, siendo base para la construcción de un nuevo pacto social, fiscal e intergeneracional en la región.

Entre otros ámbitos, ello implica profundizar la discusión sobre las lecciones aprendidas de las medidas de protección social adoptadas para enfrentar la pandemia, analizar la viabilidad de opciones para universalizar los sistemas de protección social y evaluar instrumentos que permitan garantizar niveles de ingresos adecuados frente a múltiples crisis y de manera permanente. Frente a una estructura de riesgos en proceso de cambio, es fundamental, asimismo, robustecer la articulación entre las políticas de protección social contributiva y no contributiva, y entre estas políticas y aquellas de naturaleza sectorial y las de inclusión laboral. Lo anterior permitirá avanzar hacia el desarrollo sostenible con igualdad y hacia sociedades plenamente democráticas, con mayores niveles de cohesión social y estabilidad para enfrentar los desafíos del actual contexto.

El rol de la cooperación y el diálogo entre los países de América Latina y el Caribe y Europa es clave para impulsar el intercambio y avanzar en la implementación de mejores prácticas para construir sistemas de protección social universales, integrales y sostenibles, permitiendo identificar desafíos comunes en esta materia sobre la base de evidencia e impulsar la viabilidad social, económica y política de las reformas necesarias en el marco de un Estado de bienestar.

Objetivos

Este evento se inserta en el marco de los Proyectos “Protección social y vulnerabilidad: sistemas de protección social universales en América Latina” de la Facilidad para el Desarrollo en Transición, financiado por la Unión Europea y el Proyecto CEPAL-BMZ/giz "Reactivación transformadora: Superando las consecuencias de la pandemia de COVID-19 en América Latina y el Caribe". Este evento contribuye a los trabajos preparatorios de la Quinta Reunión de la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina y el Caribe.

El evento tiene como principales objetivos:

Promover un espacio idóneo para presentar los principales hallazgos de las investigaciones y documentos generados en el marco de los proyectos tendientes hacia el fortalecimiento de sistemas universales de protección social frente a crisis en el marco de un Estado de bienestar.  

Generar un ambiente favorable para el intercambio entre experiencias, instrumentos y perspectivas en protección social y discutir propuestas innovadoras para la construcción de sistemas universales y de instrumentos orientados a garantizar niveles de ingresos.

Potenciar el diálogo e intercambio interregional, en particular entre países de América Latina, el Caribe y Europa, sobre las lecciones aprendidas para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades para avanzar hacia sistemas de protección social universales.

Metodología

La sesión se desarrollará en formato de mesa redonda en la que se abordarán las lecciones para los sistemas de protección social a partir de las respuestas durante la pandemia, los desafíos para la universalidad y sostenibilidad de los sistemas de protección social en el actual contexto y la construcción de instrumentos clave que apunten a este objetivo, a partir de hallazgos contenidos en documentos generados en el marco de los proyectos. Le seguirán comentarios de especialistas basados en la investigación comparada en América Latina, el Caribe y Europa sobre estos temas. Esta sesión será abierta al público externo y contará con interpretación simultánea al inglés.

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